Redes sociales e Internet; activismo político o paliativo social.

Hoy en día sin duda podemos asegurar que muchos tenemos más conexiones que nunca debido a la existencia de las redes sociales en Internet, y...
Hoy en día sin duda podemos asegurar que muchos tenemos más conexiones que nunca debido a la existencia de las redes sociales en Internet, y por lo tanto casi asegurar, que nunca más que ahora, tenemos un gran acceso a la información, y poseemos más herramientas para romper el cerco informativo impuesto por los medios de información convencionales y sus reducidas agendas.

La información fluye con facilidad a través de estos novedosos medios construidos y mantenidos por la misma gente. Sin embargo, flujo de información no quiere decir forzosamente que exista un fortalecimiento de las luchas sociales, que no sólo dependen de información (aunque sin duda les es sumamente importante), sino de muchos otros factores de construcción social continua y dedicada.

Las redes sociales y el flujo de información a través de Internet, nos dan la oportunidad de expresar nuestra indignación y comunicar situaciones a otras personas que quizá de otra forma no tendrían oportunidad de conocer. No obstante, fácilmente puede esto convertirse en una válvula de escape, en una especie de paliativo que satisface nuestra necesidad de sacar de nuestro pecho la rabia que nos produce la injusticia y con ello sentir que hemos cumplido con una tarea importante como luchadores sociales.

Esta pequeña reflexión no busca en absoluto desprestigiar la necesaria publicación por Internet y el mantenimiento del flujo informativo por parte de cada uno y una de nosotr@s a partir de los medios a los que tengamos acceso, sino simplemente recalcar la importancia de realizar actividades y formas de ser a la par de estas expresiones. Las luchas se construyen en nuestra vida cotidiana y a partir de todas nuestras acciones, hasta las más simples de ellas, nunca debemos quitar el dedo de ese renglón. La publicación y expresión por distintos medios de comunicación debe ser una esfera más de nuestra lucha cotidiana, pero nunca la única. La rabia e indignación deben ser canalizadas a la búsqueda de alternativas de construcción social y a experimentar en nosotr@s mism@s, ese cambio que queremos ver en el mundo.