El Bicentenario, la corrupta injusticia y la madre tierra

El 22 de cada mes, en conmemoración de la masacre de 45 personas en las montañas del estado de Chiapas, la Sociedad Civil Las Abejas de Acteal regala su palabra al mundo. Es su manera de honrar la memoria de sus compañeros y compañeras asesinadas por paramilitares dirigidos por el gobierno mexicano. Este 22 fue especial, porque en este mes de septiembre se celebraban los 200 años de «independencia» de México. Una fecha para recordar a aquellos que dieron su vida por construir un México diferente al que hubo y al que hay, a aquellas personas que han muerto y mueren desde hace 200 por su amor a esta patria, a esta madre tierra.

22 de septiembre, 2010

A todas las Organizaciones Sociales y Políticas
A todos los Defensores de los Derechos Humanos
A la prensa Nacional e Internacional
A la Sociedad Civil
A la Otra Campaña y
A la Opinión Pública

Hermanos y hermanas:
Cuentan nuestros abuelos y abuelas que hace muchos años los curas Hidalgo y Morelos encabezaron la guerra por la Independencia de México contra los reyes y soldados de España y que muchos hermanos y hermanas indígenas entregaron su sangre en esta lucha. Este mes de septiembre de este año se cumplen 200 años de esa lucha que le llaman el Bicentenario de la Independencia que tanto significa para el pueblo de México y que tan manipulado y vaciado de contenido ha sido por el mal gobierno, por los aún peores medios de comunicación y por las grandes empresas que lo único que ven en cualquier acontecimiento sea alegre o sea trágico, es la oportunidad de hacer dinero.

Para nosotros y nosotras miembros de la Organización pacifista de la Sociedad Civil “Las Abejas”, la celebración del Bicentenario de la “Independencia” de México es una burla total porque ofende la memoria de los hombres y mujeres que lucharon realmente por la independencia. ¿Cuánto dinero se gastó por esta celebración? Esos millones de pesos se hubieran destinado para la salud de los más necesitados que muchos pacientes en hospitales se mueren por falta de equipamiento y medicamentos. Al respecto le decimos a Felipe Calderón que su mal gobierno conduce a nuestro país al atraso y a la muerte, porque su política carece de humanidad y sabiduría para gobernar un país con historia y diversidad de pueblos.

En la historia y vida contemporánea de México se ha secuestrado y desaparecido la independencia de aquel 1810. Nosotros los descendientes de los primeros pobladores de estas tierras antes de la colonia ya no tenemos un lugar en Nuestra Madre Tierra o sea la Patria. El sistema que rige nuestro país a través de los gobernantes corruptos y neoliberales nos tiene excluidos, nos ha vuelto esclavos de distintas maneras.

En nuestros anteriores comunicados y denuncias, hemos dicho que nosotros somos los y las guardianes de la memoria y la esperanza. Aquí entonces hablamos y decimos lo que guardan nuestro corazón y pensamiento; para nosotros los pueblos originarios, hijos de esta Madre Tierra o sea la Patria, es muy importante la presencia de Nuestra Madre en estos acontecimientos y a lo largo de toda nuestra historia.

Los pueblos originarios siempre han respetado y venerado a la Madre bajo diferentes nombres. Tonantzin, “Nuestra Madre” era y es para nuestros hermanos y hermanas nahuas o mexicas; Jme’tik, para nosotros los tsotsiles y demás descendientes de la gran familia maya. Tras la invasión que los españoles hicieron de nuestra tierra hace más de 500 años, esta Madre nuestra fue identificada con la Virgen de Guadalupe por los nahuas del Anáhuac, Tonantzin Guadalupe, Jme’tik Guadalupe para nosotros. Ella se apareció a uno de los nuestros para darle fuerzas diez años después de la trágica caída de la Gran Tenochtitlán a manos de los invasores y para decirle a él y al Obispo que nosotros los pueblos originarios debíamos seguir siendo sus embajadores y los encargados de construir su casa en la nueva nación que se empezaba a formar en medio de tantas injusticias. Trescientos años después Jme’tik Guadalupe acompañó la lucha por la Independencia que encabezaron los curas Hidalgo y Morelos.

Casi doscientos años después de esa lucha Jme’tik Guadalupe ha acompañado siempre la lucha de Las Abejas. Decimos que “después de esa lucha” y no “después de la Independencia” porque ni la Independencia de nuestra nación ni la Independencia de nuestros pueblos, que es la autonomía, se han logrado todavía. Cuando los caxlanes españoles invadieron nuestra tierra utilizaron a indígenas contra indígenas para dominarnos. Lo mismo hizo el mal gobierno después del levantamiento de nuestros hermanos zapatistas en 1994 y esta estrategia contrainsurgente alcanzó su momento más trágico con la Masacre de Acteal del 22 de diciembre de 1997.

Después de la masacre de nuestros 49 hermanos, hermanas y hermanitos se encontró en el campamento de Acteal una imagen de Jme’tik Guadalupe que también fue destrozada por los paramilitares. Nosotros reparamos esa imagen, la vestimos con las vestiduras de las mujeres sanpedranas y desde entonces la conocemos y la respetamos como “La Virgen de la Masacre”. La Virgen de la Masacre acompaña permanentemente a los sobrevivientes de Acteal y ha acompañado también muchas de las movilizaciones de Las Abejas.

Hoy en día en este México que conmemora el Bicentenario de aquellas luchas que fueron encabezadas por el estandarte de Hidalgo, la Virgen de Guadalupe es, en todos los rincones de la patria y no sólo en Acteal, la Virgen de la Masacre, porque sus hijos son masacrados en todo el territorio por culpa de un sistema corrompido por el dinero, el poder y la droga y por culpa de un mal gobierno que quiere combatir violencia con más violencia que es como querer apagar el fuego con el fuego.

Podríamos mencionar muchas de estas masacres, como la de los 72 migrantes asesinados en Tamaulipas que no es más que una muestra de lo que pasa todos los días y no sale en las noticias, o lo que está pasando en San Juan Copala, Oaxaca, que nos recuerda lo que sucedió en Chenalhó en 1997, que a pesar de todas las denuncias el gobierno no hace nada y cuando sucede una masacre mayor entonces dice, como Emilio Chuayffet en 1997, que nadie sabía lo que estaba pasando.

Pero de todo lo que podríamos mencionar, nos vamos a concentrar en lo que está pasando más cerca de nosotros y que muestra cómo para los pueblos originarios no existe ni la independencia ni la autonomía 200 años después de la lucha de Hidalgo.

Hace unos días, 29 familias bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en la comunidad de San Marcos Avilés del municipio Citala, Chiapas, tuvieron que desplazarse de sus comunidades y refugiarse en la montaña a causa de los ataques y hostigamientos de militantes del PRI, PVEM y PRD. Su único delito es construir una educación autónoma desde abajo y para el pueblo, una educación diferente a la educación del gobierno que busca destruir nuestras raíces y hacernos esclavos dóciles del sistema neoliberal. La actuación de la gente de esos partidos nos recuerda cómo actuaban los paramilitares en Chenalhó en 1997: amenazas, robo de cosechas, cobro de pagos o multas y exigencia de renunciar a la organización y a la lucha. A más de una década de la masacre de Acteal no es posible que se repitan los mismos hechos con todo y la protección del gobierno. Cualquier cosa que les pase a nuestros hermanos y hermanas, los responsables serán los gobiernos de Calderón y de Juan Sabines que de por sí ya forman parte de la lista de gobiernos represores en la historia de nuestro México.

Con todo esto, compañeros y compañeras, los que todavía no abren los ojos y oídos, les invitamos a luchar como lo hemos hecho ya varias veces. A los y las que todavía creen que el cambio viene de allá arriba con los partidos políticos o de instituciones del mal gobierno les pedimos que recapaciten. Nosotros estamos convencidos que para que haya un cambio verdadero y un México nuevo, la lucha tiene que ser como dicen nuestros hermanos zapatistas, desde abajo; con un nuevo sistema de gobierno y una Nueva Constitución. Y esto no se hace ni se logra con milagros, se necesitan acciones y el esfuerzo de todos y todas, de aquellos y aquellas que nacimos para luchar y para vivir libres en este mundo, que en nuestra cosmovisión tsotsil decimos; vivir en armonía con el Corazón del Cielo y con el Corazón de la Tierra.

¡Vivan las luchas de los pueblos indígenas por la autonomía!
¡Vivan las luchas de todas las mujeres!
¡Vivan las luchas de los campesinos, obreros, maestros, estudiantes!
¡Viva México!
¡Viva Chiapas!
¡Viva Acteal!
¡Viva la lucha pacifista de la Organización Sociedad Civil Las Abejas!

A T E N T A M E N T E
La Voz de la Organización Sociedad Civil Las Abejas